domingo, 6 de marzo de 2016

Media Maratón de Salamanca: una buena gestión de carrera.

Desde el momento en que supimos que la Media Maratón de Salamanca tendría clasificación específica para corredores ciegos, Roberto y yo teníamos claro que teníamos que participar en la misma.
Gracias a Bernardo, otro corredor de Forofos del Running, que se desplazaba a Salamanca en el día
de ayer, contábamos con tiempo suficiente para desplazarnos tranquilamente a la ciudad castellana, en la que ha amanecido un día frío y despejado, muy bueno para correr.

El recorrido no es fácil, con abundantes tramos de adoquinado, otros con abundantes giros, y alguna cuesta que acaba penalizando en el resultado final. Con estas premisas, nos interesaba realizar una gestión de carrera centrada en mantener un ritmo regular en los tramos llanos, y no forzar en exceso en las subidas para evitar desfallecimientos en la parte final.
Así, la carrera salía puntual. Bernardo optaba por acompañarnos, facilitando indicaciones a lo largo del recorrido y realizando labores de aguador en los avituallamientos. En la primera parte del recorrido se hace un callejeo por la parte más monumental de la ciudad, atravesando la plaza Mayor y la zona universitaria. En la mayoría de esta zona, el suelo es adoquinado, por lo que nuestra principal preocupación consiste en evitar una mala pisada o un traspiés.
En el kilómetro 6 atravesamos el Puente Romano. A partir de ahí, el recorrido discurre por la otra orilla del  río Tormes, por barrios más modernos y con menor animación. Además, tiene una de las principales dificultades de la carrera: una cuesta con repechos entre el 8% y el 11%, afortunadamente no muy larga. Tras hacer cumbre, un pequeño trozo de llaneo para afrontar el descenso hacia el río y cruzar de nuevo el Puente Romano. La suave pendiente facilita que en este tramo incrementemos ligeramente el ritmo, arrastrando a un buen grupo de corredores que parecen habernos elegido como una referencia válida.
Tras atravesar el viejo puente, la carrera hace un giro para tomar el carril ciclista que discurre por la ribera del río Tormes. Seguimos a buenos ritmos, adelantando grupos de corredores.
Abandonamos el carril bici en torno al kilómetro 16, y nos acercamos a la mayor dificultad orográfica: una larga cuesta (más de kilómetro y medio) con un desnivel acumulado de 45 metros, que se va pegando en las piernas. Una vez alcanzada la cumbre, haremos el kilómetro más rápido de la carrera, teniendo al alcance los prácticos de 1h. 45 minutos... Pero el cansancio acumulado y el suave desnivel ascendente dificultan que podamos mantener ese ritmo en los dos últimos kilómetros. Afrontamos ya la recta de llegada, y Roberto y yo nos cogemos de la mano para entrar en meta juntos y celebrando una buena gestión de la competición.
Al final, el resultado es plenamente satisfactorio: 1 hora 46 minutos. A partir de ahí, recibimos la felicitaión de muchos corredores que nos han acompañado durante la carrera, y nos dirigimos al polideportivo para recoger el avituallamiento posterior de carrera y adecentarnos para poder tomar un pequeño refrigerio en compañia de Bernardo, su mujer y su hija recien nacida.
Con esta carrera se cierra la "temporada" de Roberto. Volveremos a competir en Junio, en la carrera de la Hoz del Huécar.
¡Hasta pronto!
P.d. Con posterioridad, nos enteramos de que Roberto ha sido tercero en la clasificación de invidentes... ¡Vaya alegría!


martes, 9 de febrero de 2016

Sudor, lágrimas, aire... y triunfo.

Hacer una crónica de la carrera de este domingo se me hace difícil. ¡Tantas emociones acumuladas! ¡Tanto deseo por cumplir! En fin, voy a intentar reflejar, sin aburrir a nadie, lo que vivimos en esta carrera tan especial.
En 2015, en la preparación de mi participación en el Maratón de Sevilla, tomé parte en la carrera de 30 Kms que se celebra junto con el "Maratón de las Vías Verdes" de Arganda. Se aprovecha, para el recorrido, una pista ciclista que transita por el antiguo recorrido de un tren que circulaba por la vega del Tajuña. La organización de la carrera, el trato al corredor y el circuito me parecieron idóneos para que Roberto y yo volviésemos a enfrentarnos con Filípides tras el disgusto que sufrimos en la capital alemana en 2014. Así que poco a poco fuimos dando pasos para nuestra participación: consultamos con la organización, que nos ofreció la posibilidad de la inscripción conjunta, enrolamos a nuestro querido Pedro para compartir las tareas de guiado, y fuimos realizando la preparación que hemos reflejado en las entradas anteriores de este blog.
En las últimas semanas de preparación, las sensaciones eran inmejorables: la preparación física de Roberto había avanzado de manera correcta, el último entrenamiento largo nos dejó muy satisfechos... y encima, tuvimos la alegría de que se sumara al equipo un corredor de categoría como Capi, toledano incansable que acumula maratones y ultras con una facilidad pasmosa.
Con todos estos antecedentes, nos poníamos el domingo en la línea de salida... Carrera pequeña (131 llegados a meta), pero llena de corredores experimentados, dispuestos a afrontar un recorrido sin grandes dificultades orográficas hasta su kilómetro 25, en el que comienza una larga subida de más de cinco kilómetros (eso sí, de suave perfil toda ella, sin repechos duros). La mañana parecía benevolente, fría (normal, estamos en febrero) y con una ligera brisa del este (algo que nos favorecía, ya que el recorrido es dirección oeste).
¡¡¡Pum!!! Disparo y a correr. Desde el principio, el cuarteto se organiza para no forzar más de lo necesario, en un ritmo fácil que Roberto puede seguir perfectamente. Chistes, gracietas, comentarios, planes de futuro... En los avituallamientos (muy bien provistos) paramos a beber tranquilamente, y vamos cogiendo fruta y golosinas. Pasamos el kilómetro 5 en 26 minutos, y el 10 en 27, ya que el relieve tenía algún pequeño repecho... y empezó a aparecer el invitado que más temíamos: el viento. La ligera brisa favorable que teníamos desde la salida cambió de sentido, coincidiendo con la salida a un terreno más despejado, donde los pequeños terraplenes y la ausencia de grandes masas de vegetación hacía que el aire se convirtiese en un insidioso compañero de viaje. El parcial hasta el kilómetro 15 todavía mantendremos el ritmo de partida, cubriéndolo en menos de 27 minutos.
Tras la travesía de Perales de Tajuña, el viento sopla inmisericorde y frontalmente. Las camisetas flamean como banderolas, y vamos bandeando y haciendo abanicos, buscando en todo momento algún pequeño refugio, para evitar el castigo. Claro, el ritmo se va resintiendo... el tiempo se acumula, y pasamos el kilómetro 20 en poco más de 1 hora 50 minutos. Pero el castigo ya ha hecho mella. Comienza, además, el terreno más duro.
En la travesía de Morata, pese a los relevos en el guiado que vamos dando, Roberto comienza a manifestar signos claros de cansancio: las pisadas pesadas, la respiración trabajosa... vamos reduciendo el ritmo, ya que todos somos conscientes de que cualquier objetivo de tiempo que hubiésemos considerado se ha ido a la papelera, y que el objetivo va a ser llegar a meta. Y que vamos a sufrir lo que nos queda. Pasamos, por tanto, el kilómetro 25 en 2 horas 20.
A partir del avituallamiento ubicado a la salida de Morata, comienza la mayor dificultad orográfica, la subida a la cementera. Sin viento, es una subida agradable, larga pero sin grandes desniveles, que se puede realizar a un ritmo constante e incluso apretando un poco en los tramos finales, cuando la pendiente va disminuyendo de forma gradual mediante grandes curvones. Pero con el vendaval que nos acompaña, se trata de un tormento constante, en el que en ocasiones cuesta mantener la trayectoria. Vamos aprovechando las pequeñas trincheras para refugiarnos, y los relevos en el guiado pasan a ser más frecuentes, para añadir alguna motivación adicional a Roberto... que además, como ha relatado en la entrada anterior a esta crónica, tiene dificultades adicionales, ya que el aire dificulta su resto visual y la percepción de las referencias acústicas que tomó en nuestra tirada larga.
En ese momento, con Pedro a la guía, comenzamos a alternar pequeños tramos caminando con otros a un trote ligero. Los cuatro vamos muy cansados, y deambulamos por el asfalto rojo de la carrera deseando ver los carteles que señalan los puntos kilométricos. Seguimos animando a Roberto, no queremos que se desanime... y sabemos que nuestros ánimos son tan importantes como las fuerzas que van quedando. Ya el tiempo de paso da igual, tenemos que completar la carrera.
Una vez alcanzada la cementera que marca la cumbre, comienza un largo descenso hacia Arganda. En otras circunstancias, hubiésemos apretado el paso para aprovechar el terreno favorable... Pero hoy no. Continuamos acompañados por un aire (en este caso de costado) que no nos deja correr cómodos en ningún momento. Al menos, aprovechamos las largas rectas para rodear a Roberto y dejarle correr sin la atadura del testigo.
La llegada a Arganda tiene una dificultad añadida: se afronta una breve cuesta (no más de doscientos metros) pero de gran dureza. Una vez completada esta última dificultad, viene un tramo de callejeo urbano y la entrada en el polideportivo donde se encuentra la línea de meta. Afrontamos la última recta cogidos los cuatro de la mano, entrando bajo el arco con las manos alzadas. ¡Hemos triunfado!
Si, el tiempo que realizamos no ha sido muy bueno. Podríamos haberlo hecho mucho mejor. Pero hay circunstancias que no dependen de nosotros, y que en esta ocasión han condicionado claramente el resultado. Y ¡Qué carajo! Una victoria sufrida como esta también es victoria.
Como siempre pasa, Roberto decía, inmediatamente después de terminar la carrera, que con este maratón concluían sus enfrentamientos con la distancia mítica. No se yo... Me da a mí que antes o después recaeremos juntos.
Y ahora, los agradecimientos: en primer lugar, a Roberto. Tu tesón, tu confianza, tu arrojo y valentía me demuestran día a día que no me equivoqué en su momento cuando comenzamos a correr juntos. ¡Ojalá sigamos haciéndolo durante mucho tiempo! Por supuesto, a nuestras familias, que soportan las ausencias, las manías y todo lo que rodea a estos locos que corren. A Pedro y a Capi... sin duda, lo mejor de la vida es disfrutarla con gente como vosotros. ¡Compartiremos más aventuras!
Y por supuesto, a todos los que en algún momento os habéis preocupado por esta pareja de perjudicados que disfrutan corriendo.
¡Hasta pronto!

lunes, 8 de febrero de 2016

Desquiciado por el viento

La crónica es de Patxi, el lo hace mejor que yo, y no quiero usurpar campos ajenos.
A los guías ya les he dicho en persona, Y sabido es mi cariño admiración y respeto por ellos, así que centrémonos en lo importante, en las sensaciones de carrera.
Elegimos un maratón pequeño, Sin aglomeraciones, sin recovecos, todo ideal para recuperar las sensaciones perdidas en la distancia.
Y todo iba bien hasta el kilómetro 15 cuando el viento hizo acto de presencia de una manera despiadada. Como fenómeno natural que es, aparece cuando le viene en gana, Y pese a que teníamos su presencia, cuando apareció con tanta fuerza, fue imposible no someterse a sus efectos, esas cosas no se pueden ensayar, o si, si ahora tuviese que repetir una carrera, dónde este fenómeno tuviese probabilidades de estar presente, me equiparía de una manera diferente a la de ayer.
Primero, porque a mí el ojo se me seca más de lo normal, estoy gastando unas cuantas monodosis de suero debería haberlo pensado antes quizá, Y haberme llevado unas cuantas para los avituallamiento, pero claro, jamás se me había planteado tal circunstancia.
Mi resto visual es ínfimo, pero todavía me permite tener algunas referencias, Y las que no puedo tomar por el lado visual si lo hago por el lado auditivo. Pero claro, una vez que empieza el viento, y el ojo empieza a secarse, El viento también empieza a colarse por los oídos kilómetro a kilómetro, Y ello hace que mi estado de ánimo María por momentos, por ejemplo cuando empezamos a subir la cuesta de la cementera yo pienso que estamos más lejos que meta, y mi estado de ánimo sube hasta casi la euforia, Sin embargo la subida se hace con mucho viento, Y poco a poco voy perdiendo la orientación, la referencia del sonido de las hormigoneras, que había tomado la semana anterior no vale, pues es domingo, Y cuando llego arriba, mis sensaciones son malas, ahí se ha acabado el maratón. En la bajada sigue soplando el viento, y eso hace que cada kilómetro a mí se me multiplique por tres, incluso hay veces que las sensaciones eran como si corriese en una cinta.
Y es que, lo que hablaba anteriormente de maratón pequeño, Sin aglomeraciones etc., se vuelve en ese momento en mi contra. Con el viento en los oídos, si noción de espacio, empiezo a echar de menos al cosas de la vida, fue gracias a mis días, por lo que poco a poco voy sacando fuerzas de donde no las hay, ya trompicones, y algunos ratos andando, consigo llegar al polideportivo de Arganda. Donde tras una vuelta al estadio conseguimos entrar en meta, Y yo, que no soy nada fetichista en esto de las carreras, recibo una medalla conmemorativa, que sin duda ha sido la que más me ha costado conseguir en mis ocho maratones terminados. 
gún grito, público, pelotón de corredores etc. Soy consciente de que si bastante crítico soy con las multitudes, con 33 2 km en las piernas ayer las eche algo de menos.

viernes, 29 de enero de 2016

¡Qué poquito queda!

Van pasando días... y a cada minuto estamos más cerca de la línea de salida. La preparación de Roberto ha transcurrido de manera muy satisfactoria, como pudimos comprobar en nuestro último entrenamiento del pasado sábado, en el que hicimos un recorrido por la ribera del Manzanares, la Senda Real, el parque de la Bombilla y Madrid Río, con una distancia total de 21 kilómetros, y que transcurrió de manera muy agradable.
Así que mañana haremos un entrenamiento mucho más breve y a ritmo tranquilo... y a conjurarnos para la semana que viene.
Una buena noticia se añade a las sensaciones de la preparación... Y es que junto con Pedro, Roberto y yo habrá un cuarto componente del equipo. De momento, lo dejamos en que es un corredor incansable que participa en muchísimas carreras... y que será un honor y un placer para nosotros compartir zancadas con él.
Aquí va una imagen de las camisetas.... Ahora, a ver si sabéis quien es.

sábado, 16 de enero de 2016

Hoy, tirada larga... terminada con nota

Tras nuestra experiencia maratoniana de 2014, Roberto y yo aguardábamos con especial interés el día de hoy, ya que teníamos previsto realizar una tirada larga de 26 kilómetros por parte del recorrido de la carrera del 7 de Febrero. El resultado, en cuanto al tiempo que invirtiésemos, era lo de menos. Lo que realmente nos preocupaba era obtener unas buenas sensaciones durante el entrenamiento, que nos sirviesen para confirmar que la preparación realizada iba por los derroteros esperados, y que nos diese ánimos para el día de la carrera.
Así que con mucho frío, nos encontrábamos Pedro, Roberto y yo a las ocho y media de la mañana de hoy en Atocha para salir rumbo a Arganda. Tras aparcar cerca del punto de inicio de la vía verde y terminar de aviarnos, comenzábamos la tirada. Los primeros metros discurren en suave bajada hasta que comienza una larga subida de cerca de 7 kilómetros que nos llevará hasta la fábrica de cementos ubicada en lo alto del cerro entre Arganda y Morata. La subida la hacemos a un ritmo sosegado, administrando muy bien los esfuerzos, y con relevos muy bien efectuados entre Pedro y yo, haciendo que Roberto no sufra prácticamente en la misma.
Una vez alcanzada la cumbre, iniciamos el descenso hacia Morata. La pendiente sigue siendo poco significativa, pero facilita alcanzar un ritmo un poco más alto. Bajamos hasta que alcanzamos el kilómetro 13, en el que damos media vuelta... Y todo lo que hemos bajado, ahora hay que subirlo.
Continuamos, por tanto, con la misma gestión: no forzar en el ascenso, manteniendo un ritmo cómodo y concentrados en alcanzar la cumbre. El promedio alcanzado en ese momento era plenamente satisfactorio... y todavía nos quedaba la bajada.
Al llegar a la cementera, comenzamos a acelerar. Realizaremos la bajada a un ritmo más alto, restando segundos al ritmo promedio, sin que en ningún momento haya malas sensaciones, corriendo muy fácil y cómodo. El último kilómetro de la tirada, con la pequeña (y dura) cuesta del hospital, nos costará un poco más, pero las buenas sensaciones que hemos tenido durante toda la mañana se han consolidado.
Al final, terminamos los 26 kilómetros en algo más de 2 horas y 18 minutos, a un ritmo promedio de 5:19'/km. Y lo mejor es que los tres hemos terminado sumamente contentos, con muy buenas sensaciones, y convencidos de que dentro de tres semanas haremos una magnífica carrera.
En lo que queda de preparación, habrá que medir muy bien los esfuerzos, ya que la parte más importante del trabajo está hecha... Y anuncia buenos resultados.
El track del entrenamiento de hoy, aquí:
https://www.strava.com/activities/471484818

domingo, 10 de enero de 2016

XVII Trofeo Páris

Dentro de la preparación que estamos realizando para el maratón de las Vias Verdes, esta era la única ocasión en que Roberto y yo teníamos previsto ponernos un dorsal, después de la Media Maratón de Villaverde. El objetivo, por tanto, no era realizar un 10k "a fuego" con la intención de mejorar nuestra marca de la Carrera del Agua de hace dos años, sino hacer una "toma de contacto" a la competición, sabiendo que el ritmo que mantendríamos iba a ser superior al que llevaremos en Arganda.
En la mañana de ayer, incluimos en nuestra tirada larga una vuelta de reconocimiento al recorrido de la carrera de hoy, para ver en qué condiciones se encontraba el mismo, y poder tomar referencias (algo muy importante para Roberto). Durante la misma, vimos que como lloviese mucho, habría algún punto del circuito donde se acumularía el barro... Y que en ese caso, el primer objetivo sería salir indemnes de la carrera, pasando el resultado de la misma a un segundo plano.
Cuando esta mañana he recogido a Roberto, la lluvia constante durante toda la noche había empeorado mucho nuestra estimación de ayer, así que nos hemos conjurado en realizar la carrera de la mejor manera posible, y sin dejarnos tentar por los tramos que permiten correr rápido en este circuito. Así, desde la salida hemos intentado mantener un ritmo cómodo, y no dejarnos vencer por las dificultades en forma de charcos y barro. Además, desde los primeros metros una de las zapatillas de Roberto se ha desatado, por lo que no podíamos forzar el ritmo.

La carrera ha discurrido de manera sencilla, muy bien acompañados durante la primera vuelta por otros componentes de Forofos del Running y cumpliendo el guión previsto de manera exquisita, por lo que en la segunda vuelta, con el pelotón menos agrupado, hemos podido mantener un ritmo más alto en el tramo más estrecho, ganando incluso segundos a la media que estábamos manteniendo.
Al final, hemos terminado la carrera en 48:53 (tiempo neto facilitado por la organización), que nos deja muy satisfechos y convencidos de que el 7 de Febrero realizaremos una buena carrera.

jueves, 26 de noviembre de 2015

El reto es llegar.

Mi idea es hacer una entrada breve, esta es una semana en la que no me da tiempo para nada. Circunstancias laborales en las que no pienso entrar, hacen que los últimos días hay entrenado bastante poco. De lunes a jueves ejerzo de padre y madre, Y este tiempo otoñal ha hecho que uno de mis hijos estoy constipado, por lo que he tenido que multiplicarme todavía más.
Es la segunda semana que me ocurre desde que estoy preparando este maratón de Arganda. Tengo muy claro, que ante familia o trabajo, esas dos cosas anteceden Al rPubli:Combate el frio con el cine de MOVISTAR+. No te pierdas la oscari Birdman,Perdiendo el Norte y muchas mas.Accede a Paquete Cine+.No+publi llama 224407esto, pero la verdad, cuando no entreno bien estoy más estresado, Y cuando estoy más estresado no entreno bien.
Por eso, desde que ya no soy corredor, la base de mi reparación ya no son kilómetros y kilómetros como antes para preparar un maratón, Y, si las circunstancias hace que no puedas ejecutar los planes establecidos, se me antoja un reto el simple hecho de llegar a la línea de salida de la prueba.
Pero en fin, como decía un amigo mío Al que por su gusto se ahorca no hay porque llorale. Si me he complicado la vida ha sido porque he querido, Y si tenía que ser una semana mejor que sea esta, ya que la semana que viene empiezo el periodo de volumen y afinación que digo yo, Y ahí sí que necesitaré esefactor que esta semana me ha resultado esquivo. Seguiremos informando.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Presión? Sólo prometo trabajo

Como se puede comprobar, debo andar poco inspirado, no me sale ponerme a escribir, patxi está resultando mucho más fructífero que yo a la hora de confeccionar este blog. En fin, confío en que poco a poco me vaya poniendo las pilas. Pero es que la verdad, cada día me acuesto con la sensación es que me han faltado una o dos horas más para llegar a todo lo que quería.
En anteriores entradas, ha quedado claro que ningún amigo Patxi, se ha marcado una pedazo de maratón en Valencia. Le recuerdo bien, hace tres años cuando corrimos juntos por primera vez. Tenía dudas acerca de si algún día iba a correr o no un maratón, Y como buen corredor pocos meses después ya estaba preparando su debut en Madrid. Hizo una buena marca, Y, como a casi todos le enganchó la distancia.
A partir de ahí su evolución, sólo se explica con una palabra, trabajo.
Sé bien lo que digo, he corrido mucho con él y he hablado mucho con él. Su perseverancia y metodología, le están haciendo recoger estos frutos.
En lo que mí se refiere, me veo fuerte. Entreno bien, o al menos le pongo muchas ganas. Nouiero ningún tipo de presión, aunque creo que un buen maratón si  sigo trabajando así. Lo único que he prometido a Patxi y a Pedro  que son quienes me van a acompañar en el maratón es trabajo, y eso lo hago extensible a todos Los que nos seguís. Iremos informando.