viernes, 13 de junio de 2014

Contra natura.

Una de las cosas mas difíciles que me voy a encontrar de camino a Berlin es vencer anímicamente a los entrenamiontos. Si, es cierto que hace calor y que cuesta mas que en otoño o primavera salir a entronar, pero no van por ahí los tiros. A mi correr no me cuesta, con mas o menos calidad es algo que me encanta, pero me gusta correr en exteriores y aquí se trata de que el mayor número de entrenamientos que realice los haré en exterior.

cuando yo corría solo, deseaba que corriese el reloj en el trabajo y llegase la hora de salir a correr. Ahora, si he de  ser sincero, y aquí se trata de serlo, la mayoría de los días no disfruto en absoluto de los entrenamientos. La cinta es incómoda, la postura que adopto, agarrado a la barra para no perder la noción espacial es super antinatural y además el tiempo pasa el triple de lento que lo normal. Si, es un buen gimnasio no me cabe duda, pero cuando veo a gente a mi alrededor corriendo, o hasta incluso andando en esos artilúgios de goma, me pregunto que coño hacen ahí con todo lo que podrían patear o correr a pocos metros de ese sitio, ya que sin ir mas lejos el Monte del Pilar está al lado... Y la  diferencia es abismal.

No se quizás es porque al haber entrenado como fondista, la diferencia es muy grande, como si a un piloto de coches que se lesina y no puede volver a entrenar como antes lo consuelas con un simulador.
En fin, esto era algo que quería compartir, creo que aunque lo pueda vencer, el handikab de entrenar en interior es algo a tener en cuenta. El domingo toca Burgos y habrá que bajar de 1:40.

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